Escribo bajo un sofocante calor, que afixiaría a los cactus, si los muy cabrones respiraran. Hemos cambiado ya las botas y los zapatos por las chanclas, el vaquero por el lino y las camisas por frescas camisetas de colores estridentes.
Por la calle las mujeres lucen sus largas y morenas piernas, mientras que mueven el pelo y lo enredan al son de la brisa que llega del sur. Los niños se pelean y afanan para que el mar demoledor no les destroce las murallas del castillo, pero los fosos no son nunca lo suficientemente profundos y se desbordan, desintegrando los infantiles sueños de grandeza.
Mientras, en pleno campo, un hombre mayor se cala el sombrero de paja y se sube al tractor. Ha llegado la hora de limpiar y empezar la siembra. Con la destreza que solo años de monotonía dan, empieza la faena. Y su esposa mientas se preocupa de los gorrinos, que últimamente no le comen. Claro, se dice, el calor afecta a las bestias también.
Calcetines y Romica, marca de la casa: son una pareja de rubios turistas. Se pasean por la perfumería buscando con que aliviar su piel roja como las gambas. ¿Aftersun de ese del perro estirando el bañador de la niña o el otro sin marca? Mira que hay un par de euros de diferencia, y nos podemos hacer un par de cervezas después. No sé, pero ya te dije que si ibas a pasear por lo menos te quitaras la camiseta imperio, cariño. Qué vergüenza, por San jorge...
Si, el verano ha llegado. Sin duda.
Por la calle las mujeres lucen sus largas y morenas piernas, mientras que mueven el pelo y lo enredan al son de la brisa que llega del sur. Los niños se pelean y afanan para que el mar demoledor no les destroce las murallas del castillo, pero los fosos no son nunca lo suficientemente profundos y se desbordan, desintegrando los infantiles sueños de grandeza.
Mientras, en pleno campo, un hombre mayor se cala el sombrero de paja y se sube al tractor. Ha llegado la hora de limpiar y empezar la siembra. Con la destreza que solo años de monotonía dan, empieza la faena. Y su esposa mientas se preocupa de los gorrinos, que últimamente no le comen. Claro, se dice, el calor afecta a las bestias también.
Calcetines y Romica, marca de la casa: son una pareja de rubios turistas. Se pasean por la perfumería buscando con que aliviar su piel roja como las gambas. ¿Aftersun de ese del perro estirando el bañador de la niña o el otro sin marca? Mira que hay un par de euros de diferencia, y nos podemos hacer un par de cervezas después. No sé, pero ya te dije que si ibas a pasear por lo menos te quitaras la camiseta imperio, cariño. Qué vergüenza, por San jorge...
Si, el verano ha llegado. Sin duda.
4 comentarios:
Te a faltado una estampa que conoces bien: el combo bermudas-chanclas-calcetines. Por lo demás, impecable "as usual"
Arrrrrrrrrrr. ¡He puesto a de haber sin hacheeeee! Gema me va a matar en cuanto lo lea :-S
Si! Ya está aquí el verano. Un verano con unas influecias astrales increibles y repletas de cambio. Perdón por la metafísica. Yo en verano me quedo asombrado por el culto al cuerpo femenino y no he dicho coito, sino culto.
Un abrazo Señores, bestias u otras subcriaturas.
Es que el cuerpo femenino es la mejor creación jamás hecha. Y en verano la vemos en su esplendor, no ya por si misma, sino a causa de los rayos del sol: acarician su piel y la moldean como si de bronce fueran. El brillo y la alegría inundan la mirada cuando se posan sobre ellas...
Si, hermano LoBo, el verano ha llegado.
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