sábado, 26 de abril de 2008

Loose Lips Sink Ships


La búsqueda de información por parte de los servicios de inteligencia siempre ha sido una ardua tarea. Pero más dura era la de mantener esa información en secreto. Un claro ejemplo lo tenemos en la segunda guerra mundial.

Se entregaba a los reclutas un decálogo para que supiesen que tenían que hacer si eran capturados; solían ser gente sin demasiado conocimiento sobre actuaciones militares, por lo que básicamente se les pedía que mantuviesen la boca cerrada. Puede que no supieran cuales son los planes del estado mayor, pero sí dónde está el cuartel o en qué puerto han desembarcado, por ejemplo. Con estos retales, los servicios de inteligencia podían recabar información sobre las tropas enemigas.

Otra fuente de información en la que no había caido es la retaguardia. Por ejemplo, un camarero podía escuchar las conversaciones de los soldados sobre sus últimas o futuras actuaciones y transmitirlas. Por eso, se intentaba concienciar a los ciudadanos y a los soldados que estaban de permiso o licenciados para que no hablaran, para que evitaran en la medidad de lo posible dar información que pudiese comprometer la seguridad de los camaradas en el frente.

Estas dos imágenes son pósters del bando americano y del bando sovietico, en las que sí podemos decir que una imagen vale más que mil palabras.


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