Que un chico se declare homosexual ya no escandaliza a casi nadie. Que una chica haga lo mismo... ya no es tan difícil. O esa es mi opinión después de asistir ayer a la fiesta del Orgullo Gay en Palma. De todas formas, queda mucho por caminar para que esté tan aceptada la homosexualidad femenina. Los gays han conseguido vender una imagen de simpáticos, alegres y bons vivants, y a fe mía que los hay que cumplen estos requisitos como los que confirman la regla con su excepción. Sin embargo, las lesbianas siguen con el sambenito de tener pinta de camioneros o que no han probado todavía una buena p... (¡eh, que hay niños leyendo!). Lamentable, pero es la pura realidad de lo que gran mayoria piensa.
La fiesta en sí no fue del todo esplendorosa, al menos en la forma. Un escenario con pasarela para que los niños hicieran cuatro gracias, después de que una rubia (desconocida al menos para mí) cantara los temas típicos a lo queer as folk. Pero lo importante no era eso. A diferencia del año pasado, había gran abundancia de chicas, mostrándose orgullosas y felices con su opción en la vida. Ese es el primer paso, saber que si son capaces de enseñar cómo son, lo demás no van a tener otro remedio que aceptarlas, les guste o no. Y ayer muchas lo hicieron.
De todas formas, también hay que tener en cuenta que cualquier cambio social necesita tiempo, y que las prisas son siempre contraproducentes. No sólo a ellas les debe costar más porque el entorno no ayuda en lo más mínimo, además, no creo que mucha de la gente que ve en esto una aberración vayan a cambiar su modo de pensar jamás. Pero, eso es lo importante, es que una gran mayoría si que son capaces de aceptarlo. No les gusta, pero digamos que no es su problema. Quizás el tomar la misma posición, la de la indiferencia ante la agresión, sea una de las formas más inteligentes de arreglar el problema, porque la guerra está ganada y no vale la pena perder batallas menores, que lo único que hacen es engrosar las listas de bajas no deseadas.
PD: Esta fiesta, al igual que las que se hacen en otras ciudades españolas, son el preludio a la grande que se realiza en Madrid la semana que viene.
La fiesta en sí no fue del todo esplendorosa, al menos en la forma. Un escenario con pasarela para que los niños hicieran cuatro gracias, después de que una rubia (desconocida al menos para mí) cantara los temas típicos a lo queer as folk. Pero lo importante no era eso. A diferencia del año pasado, había gran abundancia de chicas, mostrándose orgullosas y felices con su opción en la vida. Ese es el primer paso, saber que si son capaces de enseñar cómo son, lo demás no van a tener otro remedio que aceptarlas, les guste o no. Y ayer muchas lo hicieron.
De todas formas, también hay que tener en cuenta que cualquier cambio social necesita tiempo, y que las prisas son siempre contraproducentes. No sólo a ellas les debe costar más porque el entorno no ayuda en lo más mínimo, además, no creo que mucha de la gente que ve en esto una aberración vayan a cambiar su modo de pensar jamás. Pero, eso es lo importante, es que una gran mayoría si que son capaces de aceptarlo. No les gusta, pero digamos que no es su problema. Quizás el tomar la misma posición, la de la indiferencia ante la agresión, sea una de las formas más inteligentes de arreglar el problema, porque la guerra está ganada y no vale la pena perder batallas menores, que lo único que hacen es engrosar las listas de bajas no deseadas.
PD: Esta fiesta, al igual que las que se hacen en otras ciudades españolas, son el preludio a la grande que se realiza en Madrid la semana que viene.
5 comentarios:
uff, desgraciadamente la realidad de la homosexualidad femenina es esa, no es justo, ni es de recibo, pero aun hay mucho homofobo lesbico, y lo que es peor, muchA homofoba, porque la peor enemiga para la mujer es la mujer. Y nos quedan años luz que recorrer para estar en el espacio adecuado de aceptación que cualquier relacion merece.
Las fiestas del orgullo gay tienen también sus detractores dentro del colectivo gay (para empezar entre los que dicen que no son un colectivo). Yo estuve el año pasado en la de Madrid y lo cierto es que es una fiesta que seguirá siendo necesaria durante algunos años, hasta que se consiga la normalización completa. Después dejará de tener sentido.
A mi lo que una persona se declare no me escandaliza nunca (o casi nunca). Y eso que no soy una persona demasiado tolerante.
Me explico. Los comportamientos de la gente, sean de la opción sexual, religión, pensamiento político, raza o número de móvil que sean son juzgados por mí, aunque yo no quiera. Es una perogrullada, porque todo hacemos lo mismo.
A mi las colectividades me dan miedo, sean de la índole que sean, pero es porque yo soy muy individualista, y comprendiendo que hay que hacer presión para conseguir cosas, el día del Orgullo Gay no me gusta por la forma de llevar el asunto.
He de decir también que soy más austero que un cartujo o que un luterano, y que mi forma de entender el mundo (y la de muchos homosexuales seguro que también) no va con eso de hacer el loco en una carroza.
Se podría ser más sobrio. Y le doy toda la razón, Dave, el que considera a los gays unos enfermos no cambiarán de mentalidad NUNCA. Yo creo que uno de los mayores logros del gobierno ZP ha sido el del matrimonio entre personas del mismo sexo. Es una cosa justa y equilibrada a la equiparación de derechos de todos los ciudadanos. Y me alegro de que puedan adoptar, porque hay mucho niño no querido en el mundo que lo que necesita son personas que los quieran, y punto. Pero si se quiere ganar a una sociedad no tan sensibilizada a lo mejor la estrategia de parecer unas locazas no es la mejor. La normalidad de los hechos es lo que más peso tiene, el día a día.
Pero repito, yo soy una persona con gustos muy puntillosos, que lo mismo que critico el Orgullo Gay, critico lo que me parece (a mí) estéticamente desagradable. La heterosexualidad tiene miles de ejemplos, vaya, y si hemos de dar el mismo trato se le da. Las cosas que no me gustan no me gustan.
No es por opción sexual, es por criterio personal.
Las lesbianas lo tienen peor porque son mujeres, y como dice MochuELIn las mujeres a veces son muy malas, no creo que sea tanto por machismo -que lo hay-, sino porque también las mujeres -hay que decirlo- son diferentes a los hombres, y por lo tanto a la hora de llevar su opción sexual. Luego cada persona es un mundo, claro. Pero por mis razones anteriormente expuestas -motivos de gusto personal- no se acercan a este día de una forma similar al gay hombre.
Que rollos meto... mein Gott.
Madre mía, esto es un buen jardín para meterse y quizás no encontrar la salida. ¿Día del orgullo gay o no día del orgullo gay? Si todo estuviera ya hecho y todo normal, no tendría por qué haberlo. Vamos a reconocer que no todo está normalizado, así que entiendo que se haga y se cante a los cuatro vientos lo que se es, aunque coincido con Mameluco en que no ayuda mucho dar una imagen tópica de desmadradas.
La cuestión de la homosexualidad femenina sí que es un buen asunto, porque ahí no le doy la razón a Mameluco, pues si no se han visibilizado antes o les cuesta más, no es porque tengan otra forma de hacer las cosas, sino porque las mujeres lesbianas han estado doblemente estigmatizadas socialmente. Por mujeres y por lesbianas. Al fin y al cabo el homosexual masculino puede haber estado perseguido, pero tenía "orgullo gay", pues muchos hombres poderosos, ricos y geniales lo han sido y la sociedad ha tenido que pasar por ello. A las mujeres en general se las ha silenciado, y en este aspecto también, sin modelos, sin orgullo, teniendo que disfrazar su relación de amistad y apoyo mutuo durante siglos. Ahora parece que las mujeres jóvenes ya no tienen tantos complejos ni miedos. La sociedad va cambiando.
Yo me refiero aquí y ahora, Clares, no a la historia lésbica en general.
Pero bueno, yo hay cosas de la que no entiendo, aunque me enrolle como un persiana.
En la Inglaterra victoriana era curioso, pues te podían procesar (como a Wilde) por ser homosexual, pero solo si eras hombre. Las leyes solo contemplaban esa posibilidad. Y es que según la reina Victoria, las damas inglesas no hacían esas cosas... aunque en la práctica sería todo más churretoso.
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