sábado, 20 de agosto de 2011

Tiempo hace ya

Decíamos ayer....

Una genial frase con la que el fraile conquense se hizo su hueco en la memoria de todos los escolares de mi edad, y quizás en la de los demás. No lo sé a ciencia cierta, pero me gusta creer que si. Me gusta creer que la educación que recibimos nosotros fue infinitamente superior a la que reciben nuestros herederos. O quizás es que me hago mayor y ya empiezo a caer en la trampa de que cualquier tiempo pasado fue mejor...

Esta última afirmación es totalmente cierta para este blog. Olvidado, apartado, al que no acudo por vergüenza torera, por no aceptar mi decadencia y ser esclavo del pundonor. El ultraje que he cometido con él proviene de ahí: asociarlo a Twitter ha sido un error, usándolo como simple reflejo de inútiles y achantados gorjeos.

Solo espero que sepáis disculparme, por que por el momento no hay solución a la vista. 

La desgana a la hora de escribir me vence, hasta el punto de tener más que abandonados varios proyectos, a los que he metido en el mismo cajón que al Cuaderno de Bitácora, en el del oscuro olvido, para no tener que cruzar nuestros ojos y no tener que pronunciar esas palabras

"Lo siento, pero no puedo hacer nada más..."

Es mentira: puedo, pero no quiero. O realmente no puedo y no quiero reconocerlo, que es lo más probable. Y sin embargo, ¿qué más da? Empecé como todos, buscando la fama y el reconocimiento en las letras que se han perdido, como la arena silícea en un mar digital. Y por supuesto que no lo he logrado.

Mea culpa, por confiar en que los sueños se hacen realidad, en que realmente vivimos en un mundo en el que los malos fracasan y los buenos se alzan con la victoria. Mentira, como muchas cosas en la vida.

Y sin embargo... sin embargo, hoy vuelvo a escribir aquí, con la esperanza de volver a recuperar esa ilusión de hace años, que me permita volver a escribir. A recuperar la esperanza de que quizás algún día escriba de una manera correcta y que le guste a todos. Porque es el reconocimiento lo que más deseo, por encima incluso que el dinero. ¿seré narcisista o un ser frustrado? No lo sé, pero cuando consiga la fama os podré responder. 


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