domingo, 2 de marzo de 2008

De malogrados Copérnicos

¿Cuándo nos dimos cuenta que no somos el centro del universo? Quizás cuando la persona a la que más amamos nos dio la espalda. En ese instante se hunde el suelo a nuestros pies, y caemos vencidos por el dolor.

No puedo imaginar que padecimiento sufren los que se encuentran en esa situación. Vivimos en plácidas nubes de tranquilidad, donde lo bueno es que no suceda nada, que el sueño no ceje. Somos cómodos, hijos de San Luis, eternos aspirantes a la fantasía eterna. Y al llegar el momento de crisis, al llegar el conflicto, debemos afrontar lo que nunca quisimos: pasar de rey Sol a asteroide planetario.

Hay quien es capaz de superarlo, otros que no lo afrontan y, al fin, personas que no pueden. Y esta es mi plegaria para estos últimos: regodearos en ese dolor, porque es el que os mantiene vivos; y os permitirá, llegado el momento, ver cuán diferentes son la luz de las cosas cuando el calvario haya muerto.

Porque muere.

1 comentario:

Quicus Magnificus dijo...

Entre Copérnicos e Ícaros hay que encontrar un término medio, la sociedad del bienestar es también la sociedad que lucha por evitar el aburrimiento. Por eso en los países más pobres casi no existe la depresión, bastante ocupados están con encontrar cosas para comer para preocuparse por su estado mental.

Puedes tener una Wii, un Ipod, una PSP, un 4x4 con ABS y MP3, una lavadora con mando a distancia o un aparato que hace gimnasia por tí...pero sólo uno puede sentir por sí mismo.

Saludos