Si Henry Ford hubiese hecho caso de sus consejeros, ahora estaríamos conduciendo caballos mejores, no coches.
Es un dicho en el ámbito publicitario que creo que se puede aplicar a la nueva guerra de consolas: la capacidad de los vendedores de poner en el mercado un producto atractivo para los compradores sin que ellos lo demanden. En pocas palabras crear oferta, ofrecer algo que los consumidores no sabían que querían.
Si bien la nueva Xbox y la PSIII parece que tienen una calidad de gráficos espectacular, esto no pasa por ser una simple mejora en la interface de los juegos: puedo seguir pegandole tiros a los nazis de la misma forma con mi Gamecube que con la PSII que con la 360. Quizás me añadirán algún efecto más, como el del vaho de que sale de mi boca al respirar el frio aire del amanecer ruso, pero se trata básicamente de lo mismo: disparar cntra esos píxeles que asoman tras de la valla. Los mandos son iguales, aunque ahora nos hemos pasado a los sin cables, increible innovación... es más de lo mismo, terceras y cuartas partes de los mismos juegos de hace tiempo.
Creo que Nintendo está jugando bien sus bazas: buenos juegos a precios más ajustados que los competidores. Otra buena novedad es la DS: juegos como el Nintendogs o el Brain Trainer o tienen parangón en otras plataformas. Estas se limitan a los juegos de siempre, pero eso sí, con la capacidad de ver películas en un formato con un nombre tan extraño como caro.
Quizás la Wii traiga una nueva forma de ver los videojuegos. Quizás incorpore a la mujer en ese mercado, y si lo logra... entonces si que ha ganado la madre de todas las batallas
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