sábado, 6 de octubre de 2007

Divagando

Hoy estoy de guardia de venticuatro horas, y por ahora está siendo muy tranquila. Tengo tiempo para divagar y seguir pensando en el color de la cocina que queremos poner (gasp...). Nada interesante que contar. Creo.

Leyendo uno de los escritos del señor Espantapájaros, he empezado a reflexionar. El artículo relataba asuntos sobre tetas y cuadros (!), y sobre la educación de inmigrantes y españolitos. Yo no voy a entrar en ese tema, que ya lo trata él magistralmente; lo que me llama la atención es la facilidad con la que se han metido en mi vida cantidad de extranjeros, sin ruido alguno. De niño, recuerdo haber jugado con los turistas que venían a las playas de la isla: renacuajos rubios y verbalmente ininteligibles, pero con cuatro señas ya nos entendíamos. En la pubertad yo era el rey de la edad del pavo, y no me comí ni un torrao. Pero bien buenas que estaban esas guiris que se meneaban por Joy o el Riu Palace. Ahora, ya de más mayorcito estoy rodeado de médicos argentinos, cubanos, ucranianos...

Por eso no llego a entender el rollo nacionalista cabeza cuadrada. Lo mío es lo mejor, y no necesito nada de fuera; cierto, quizás no lo precises, pero bien que te ayuda a crecer como persona. Es como el gin tonic: puedes vivir sin tomar ni uno, pero donde esté un Bombay Sapphire, con tónica Schweppes (las demás son agua con burbujas) y dos gotas de angostura... vamos, la gloria.

Ese nacionalismo malsano, apegado a instituciones políticas y dependiente de instituciones es el verdadero problema de nuestros días. A mi entender, ningún nacionalismo es saludable, pero cada uno es libre de pensar y sentir lo que quiera. El gran fracaso de esta ideología es la intransigencia: disfruta de lo tuyo, pero déjame que yo lo haga de lo mío y no me juzgues, ni me obligues a que me guste lo que me ofreces. Así de simple, así de complicado.

Se puede discutir sobre la situación institucional, de si es mejor la monarquía o la república, si la izquierda es mejor que el conservadurismo... pero tenemos que tener claro que son simples herramientas. La república no evitará que el precio de la leche se acerque peligrosamente al de la gasolina, ni que tengas una vivienda digna a un precio justo. Se empieza pensando eso y acabas quemando fotos con un mechero fabricado por niños vietnamitas.

No podemos vivir sin unas leyes que moderen nuestros actos, ya que no somos capaces de convivir como marcan las utopías anarquistas, mal me pese. Un simple ejemplo: cuántas platos desperdiciados vemos en los buffet libres... y eso que supuestamente estamos concienciados de los que mueren de hambre. Quizás, poco a poco, cambiando la educación de nuestros hijos y estos la de los suyos llegue un momento en el que se pueda, pero hoy por hoy es imposible.

El nacionalismo se cura viajando, dicen. Yo más bien creo en la prevención: se evita disfrutando de la vida y de todo lo que tenemos en ella. Que no es poco.

6 comentarios:

CarajilloDWSQ dijo...

No es desafortunado tu primer comentario en mi espacio, señor Newaza. Mi espacio no es un centro de reclutamiento de gente que me haga la pelota, sino que disfruto más debatiendo con alguien que entra a discrepar de buenas maneras. Aunque cuando entran de malas es cuando mejor me lo paso!! :D
Claro que, no puedo obviar tu cinismo aunque me parece valiente y sincero. Por desgracia, creeme, habrá gente que te admire por esa (y perdona la expresión) "jeta" que tienes para con los cigarros. Y es que al igual que si todos pueden robar y uno no lo haces se es considerado, no una persona honesta sino un tonto, quien se aprovecha continuamente de los demás para algunos será un indeseable pero habrá quien te vea como una persona inteligente por ello.

Acerca de lo que comentas en este artículo me gustaría aclararte antes que nada tengo que ver con la ideología política del Espantapájaros. En realidad no soy de ningun lado o bien tengo un poco de ambos. Pero te presupongo una persona de izquierdas y uno de los errores que más frecuentemente cometeis es relacionar inevitablemente el rechazo a la inmigración con el nacionalismo y el amor a la patria, sin ir directamente a la raiz del problema.
A mí la figura de España me la suda por completo, a mi solo me importa mi vida y la de la gente que me rodea y busco lo mejor para mi y para ellos. Y la inmigración tiene sus cosas buenas, como dices tu, enriquecedoras culturalmente hablando. Pero tiene muchas más malas de la forma en que se está produciendo (que no te las explicaría ahora porque se me haría muy largo). Y estos aspectos negativos me perjudican a mi al igual que a ti.

Sí, habrá quien rechace la inmigración por cuestion de ideología, lo cual me parece una estupidez (igual de estúpido que el que piensa que por ser de izquierdas debe estar a favor de ella por narices) pero si hoy en día la inmigración es uno de los temas que en las encuestas más preocupa a la población, el 90% de esas personas utilizan el sentido común ante lo que están viendo.

Un saludo, compañero ;)

Quicus Magnificus dijo...

Como ciudadano del mundo no puedo más que suscribir sus palabras, Sr. Newaza.

Como español me preocupa que tengamos unos políticos que se preocupen más por las elecciones y las encuestas que por los problemas reales.
Y desde luego el "problema" de la inmigración es que hay que adaptar un país y unas infraestructuras y servicios a más gente, intentar que aprendan nuestras buenas costumbres y no las malas y lograr que no se mate ninguno llegando en esos cascarones por el océano, con lo bonitos que son nuestros nuevos aeropuertos. Más caña a los que se forran con la explotación y con el tráfico de seres humanos y un poco más de comprensión.

Y el mayor problema del nacionalismo- tiene unos cuantos- es que no tiene límite, al pretender fijar las fronteras por las diferencias en vez de por las similitudes acaba por fijarlas en pueblos minúsculos - Montenegro, Kosovo...etc. Si sigues independizando hasta la saciedad, al final lo de la "república independiente de mi casa" va a ser más que un anuncio de IKEA.

crápula dijo...

Estimados Sres. Listos:

Me asombra enormemente la soltura de la que ustedes hacen gala al usar el vocabulario; pero no dejan de hacer lo mismo que nos enseñan todos los días nuestra clase política: Hablan ustedes para ustedes mismos; vamos, que no me he enterado de la misa la mitad.

Si quieren la humilde opinión de un cualquiera, sólo decirles que lo de la inmigración nos parecerá bien hasta que deje de parecérnoslo. Así de sencillo.

Y como dijo un gran filosofo contemporáneo: "Lo mismo le digo una cosa, como que le digo otra"

Ahí l'has dao canhío!!

Dave NeWaza dijo...

Estimado CarajilloDWSQ,

No me considero una persona de izquierdas ni muchísimo menos; es más, hay muchos aspectos en mi ideología que se pueden considerar reaccionarios, aunque no niego que el ideal anarquista (con q, no con k) me atrae mucho.

Parece que has interpretado el artículo como si escribiera sobre nacionalismo español, cuando mi idea era hacerlo sobre los llamados nacionalismos periféricos. Pero me alegra ver que la gente que me lee no se queda solo en lo que digo, sino que lo interpreta y razona, que es mi objetivo primordial.

Dicho esto, es un placer verte por aquí y, como ya sabrás, eres bienvenido tantas veces como lo desees.

Saludos.

CarajilloDWSQ dijo...

No, he advertido también la crítica que estabas haciendo, presupongo, al nacionalismo catalán y a la filosofía republicana. De todos modos, ahí es algo en lo que no quiero entrar demasiado. Si bien admiro tu autocrítica a los ideales anarquistas, cosa que no suele hacer la gente con esa ideología (ni ninguno con cualquier ideología extrema, de derechas o de izquierdas), algo que por supuesto yo tambien comparto. Aunque sí, he de reconocer que te había considerado una persona de izquierdas cerrada. Quizás haya cometido el error de quedarme con solo algunos puntos de tu texto.
Y aunque en el artículo tratas muchos aspectos en los que no me gusta entrar por tener yo una filosofía tan ambigua, al hablar el Espantapájaros de inmigración sudamericana y tu referirte a ella, lo más fácil me ha sido interpretarlo como una defensa de los supuestos beneficios que nos proporcionan la gente que llega a España, independientemente de si esta va a parar a Madrid, a Bilbao o a Barcelona. A los políticos se les ha ido la situación de las manos y por mucho que ahora intenten justificarse en sus decisiones sobre la inmigración promulgando verdades a medias a la población para que todos lo veamos como algo que nos va a beneficiar a todos, esto ya ha empezado a alimentar una bomba que algún día estallará. Pero no por cuestiones de ideología o de intolerancia irracional, sino pensando en el futuro y en el pan de la clase media (la inmigración solamente no perjudica a la clase alta, a empresarios y multinacionales)de este país, en donde creo que estamos todos los que en este artículo hemos hablado.
Y como ya dije en su espacio, a la hora de la verdad, cuando conoces a alguien juzgas a la persona individualmente y te da lo mismo de donde sea, si es buena persona lo aceptas. Pero la inmigración en su conjunto, como fenómeno, es y será siempre un problema, no sé si para la economía, pero sí para la sociedad del país que la recibe. Y también lo han comentado por ahí abajo, un día a la gente que aún le parece positiva le dejará de parecerlo.

Joer, que no me tire nadie de la lengua con estos temas porque me enrollo demasiado.

Volveré por aquí a menudo. Un saludo :)

CarajilloDWSQ dijo...

Por cierto, a quien se refiere Crápula con "señores listos"? No sé, yo creo que cualquiera de los que hemos hablado aquí hablamos de manera suficientemente cristalina, para nada pedante.