Un Testigo de Jehová se sienta junto a un andaluz muy salao en un vuelo Sevilla-Tenerife. Después de despegar empiezan a repartir bebidas a los pasajeros. El andaluz pide un cubatita de ron; la amable azafata pregunta entonces al supersticioso si quiere beber algo, a lo que le responde con muy mal tono:
'¡Prefiero ser raptado y violado salvajemente por una docena de rameras de Babilonia antes que una gota de alcohol toque mis labios!'.
El andaluz, con los ojos abiertos como platos le devuelve el cubata a la azafata y dice:
'Yo también. No zabía que ze podía elegí.'
'¡Prefiero ser raptado y violado salvajemente por una docena de rameras de Babilonia antes que una gota de alcohol toque mis labios!'.
El andaluz, con los ojos abiertos como platos le devuelve el cubata a la azafata y dice:
'Yo también. No zabía que ze podía elegí.'
6 comentarios:
Hola, Dave. Me habían contado ese chiste con un mormón, pero vale lo mismo. Yo prefiero la copilla, la verdad. En realidad, lo que prefiero es no subirme a un avión, pero...
Que viciosos son los evangélicos, la virgen.
Creacionistas del infierno. Condenados de por vida a escuchar a Barón Rojo los ponía yo, jajaja.
Porque los ultracatólicos beben, ¿no?
Joer, esto de tener lectores inteligentes no te permite cometer fallos... es cierto, los ultra beben, y quizás más que ninguno. La verdad es que queda mejor el chiste con un mormón o con un testigo de Jehová, que es como me lo contaron desde un principio.
Pues nada, rectificación al canto.
Les pirra la sangre de Cristo, como a Josemari Aznar, que puede conducir en perfectas condiciones, habiéndose bebido media Rioja Alavesa. Y eso que es legionario de Cristo Rey...
Los aviones... ése lugar mítico donde contar chistes al vecino de al lado...
Los aeropuertos y los overbookings son de las cosas más divertidas que te pueden pasar en la vida :-)
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